(Reproducimos a continuación el artículo publicado por nuestra coeditora Elisa de la Nuez esta semana en el diario El Mundo) Hace algunos días se conmemoró con una ceremonia en el Congreso -no exenta de polémica por no ser invitado el Rey emérito- el aniversario de los 40 años de las primeras elecciones democráticas en nuestro país. Es indudable que España ha cambiado mucho desde el año 1977, e indudablemente el cambio ha sido para bien, como ponen de relieve todos los indicadores. Pero también parece indudable que esta etapa (que ha durado más que el franquismo incluso si contamos la Guerra Civil) está tocando a su fin. Entre otras razones por las estrictamente generacionales. En 1977 una buena parte de la población española había nacido antes de la contienda civil. Muchos podían recordarla. Lo mismo cabe decir de la posguerra. Lógicamente, y pese a la prolongación de la vida, son muy pocos los que a día de hoy pueden recordar una y otra. Y son muy mayores. Por el contrario, la mayoría de la población adulta y joven de hoy eran niños o no habían nacido cuando empezó la Transición. Por edad, les corresponde ser los protagonistas de una nueva etapa. La aparición […]
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