SEQUEIROS 9Ver comentarios Transcurrida la jornada del 1-O que pone el sello definitivo a la Transición iniciada con la Constitución de 1978 urge realizar una primera evaluación de los daños, que son cuantiosos. Como suele ocurrir, para que este enorme fracaso político tenga alguna utilidad es preciso que, como ciudadanos, saquemos lecciones para el futuro. El principal legado del 1-O es una enorme fractura -especialmente emocional- dentro de la sociedad catalana, pero también mucha confusión e incertidumbre para el resto de los españoles. ¿Es el Estado español todavía viable? ¿Cómo compaginar la vigencia del Estado de derecho con los necesarios acuerdos políticos para recuperar la convivencia? ¿Cómo conseguir que una clase política demasiado acomodada y cortoplacista reaccione con la altura de miras y la necesaria serenidad? ¿Cómo integrar en el discurso político una reflexión intelectual rigurosa sobre el futuro de los españoles? ¿Cuál debe de ser el papel de la sociedad civil, muy en especial de la catalana? Son muchas y muy complicadas cuestiones que no se van a resolver en un día y menos bajo los efectos traumáticos del 1-O. Por eso conviene reflexionar con serenidad. Lo primero que conviene recordar es que esta escalada ha empezado con el desafío del Gobierno […]
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