Para los que piensan que nada ha cambiado sustancialmente en España en lo que se refiere a la tolerancia con la corrupción política, conviene recordar el fenómeno natural de la pseudomorfosis: se trata de un proceso por el que el aspecto superficial de un mineral permanece invariable pese a que sus estructuras internas han cambiado por completo. Algo parecido está ocurriendo con nuestra sociedad y la lucha contra la corrupción. Aparentemente todo sigue igual, pero hay muchos indicios de que la ciudadanía ya no tolera ciertos comportamientos de nuestros políticos que hasta hace poco eran habituales. Como ejemplo, recientemente el Congreso de los Diputados ha votado a favor (prácticamente por unanimidad) de la toma en consideración de la Proposición de Ley Integral de Lucha contra la Corrupción y Protección de los Denunciantes, presentado por Ciudadanos. Hace no tanto tiempo, el entonces fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, afirmaba que en España no hacía falta proteger a los denunciantes de la corrupción. Parece que ahora todos los partidos políticos, incluido el PP, piensan que sí que es necesario. O quizá simplemente piensan que votar en contra de la tramitación de una ley que protege a los denunciantes de la corrupción supone […]
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